El sueño de Tesla
Dos científicos italianos de la Universidad de Bolonia realizaron en fechas recientesla demostración pública de un reactor de fusión fría. Andrea Rossi y Sergio Focadi afirman que su invento funciona a temperatura ambiente y que puede producir hasta 31 veces más energía de la que consume. “Ya hemos superado la fase de tener que convencer a alguien –dijo Rossi-. La competición está en el mercado” Durante la rueda de prensa, ambos aseguraron que disponen ya de jugosos contratos comerciales y que podrían comenzar a fabricarlo de forma masiva este año.
No es la primera vez que la fusión fría salta a la palestra. En los años 80, Stanley Pons y Martin Fleishmann anunciaron al mundo que habían conseguido una fuente de energía barata e inagotable al alcance de todos, pero su experimento no pudo ser reproducido por otros laboratorios. Pese al escepticismo reinante en los sectores más ortodoxos de la comunidad científica, los físicos Rossi y Focardi anuncian el desarrollo de un prototipo capaz de producir 12.400 watios de energía calórica con una inversión previa de sólo 400, y con alrededor de un gramo de hidrógeno. Con esta premisa, los científicos estimaron que se podría generar electricidad a un coste inferior a un céntimo por kilowatio, una cantidad muy inferior a la que se consigue con los métodos actuales. Aseguran que el reactor no libera radiación al exterior, que no produce CO2 ni genera residuo alguno, y tiene la ventaja de ser muy económico tanto desde el punto de vista de la producción, como de la implementación, ya que para su construcción se requiere de una tecnología viable que usa materiales comunes y disponibles. Afirman que pueden colocarse varios de estos ingenios en paralelo para alcanzar cualquier potencia imaginable, y que de hecho uno de sus reactores proporciona energía una pequeña fabrica italiana de forma ininterrumpida desde hace ya dos años, aunque no quisieron dar más detalles al respecto.
Pese al éxito de la demostración del paper científico de Rossi y Focade, este es objeto de rechazo y censura para la publicación en las revistas científicas oficiales que utilizan el procedimiento de no publicar nada que contradiga las leyes experimentales de la termodinámica. Rafael López-Guerrero, científico a la vanguardia en el campo de la Radiofrecuencia Cuántica Diferencial apunta a otras causas: “No interesa a las grandes corporaciones asumir un sistema de energía basado en la gestión de la abundancia. La pregunta que nos hacemos como científicos en este punto es: ¿Qué tipo de intereses mueven en este momento los hilos de las publicaciones científicas oficiales?” Por fortuna, no todas las revistas científicas son oficiales ni se guían por los intereses de las corporaciones y/o los políticos, de manera que puedan tener la oportuna difusión que Rossi y Focardi se merecen. La evidencia documental y la demostración son suficientes para que la comunidad independiente de científicos y en concreto revistas como Journal of Nuclear Physics o Star Viwer Team, tomen la decisión de publicar toda la documentación de los italianos tras comprobar de forma fehaciente que el dispositivo funciona.
Si el proyecto de Rossi y Forcadi consiguiera ver la luz al final del túnel, no solo sería importante por la envergadura de su invento, sino que sentaría los precedentes para que otros muchos científicos denostados por la ciencia más arcaica y conservadora fueran escuchados. Es el caso del médico mexicano Arturo Solís Herrera, que lleva luchando cuatro años contra la burocracia de las oficinas de patentes de medio mundo para poder fabricar su pila eléctrica. Según sus palabras “funciona ilimitadamente con agua y melanina, podría durar 100 años.” Rusia acaba de concederle la patente aunque no así su país de origen.
Nadie pone en duda que nuestra dependencia del petróleo no solo no es buena para las economías de los países, sino que supone un terrible esfuerzo para el maltrecho ecosistema planetario. Si fuésemos capaces de desarrollar estas tecnologías y disponer de energía en abundancia, sería para la humanidad como redescubrir el fuego. Contemplaríamos una revolución tan grande que ni siquiera podemos imaginarla. Nicola Tesla vería este momento como un sueño cumplido, el nacimiento de la energía libre, el nacimiento del hombre libre.
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