No sólo el rey y el clero de Francia desaprobaron la bula de
Bonifacio. Hubo varios textos circulando por Europa atacando la bula y la proclamación
del poder del papado sobre lo temporal. Uno de los más notables escritores
opuestos a Bonifacio y sus creencias fue el poeta florentino Dante Alighieri,
quien expresó su inclinación por la reposición de un Sacro Emperador Romano. Su
tratado Monarchia intentó refutar las pretensiones del papado sobre la primacía
de la espada espiritual sobre la temporal.10
Dante señaló que el Papa y el emperador eran humanos, y
ningún par tenía poder sobre otro par. Sólo un poder superior podría juzgar la
«igualdad de las espadas», ya que cada una fue entregada por el poder de Dios
para gobernar sus dominios respectivos.
La grandeza humana es precedida a la maravilla en el concepto que encierra la
verdad de la libertad….Todos los hombres somos iguales, todas las almas
designios divinos en las cuales prevalece la autoridad de ser conscientes que
la vida es un punto entre infinitos… la claridad permite observarse y observar
la legitimidad de lo auténticamente digno, ya que es la forma que nos fue
añadida a los seres para crecer a la máxima
autoridad, que somos nosotros mismos. M.V.G.
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