jueves, 30 de agosto de 2012

Sin esperar cambios más que los que albergamos



 

 

Sin esperar  cambios más que el propio cambio del pensamiento  la asunción de lo verdadero, la finalidad del juego sucio, la apertura de,  él bien por el bien mismo, la infinitud   guardada desde el principio donde solo la luz era y es,  el albergue de la mente y sus actos.

 Todos los dioses en uno, todas las sensaciones en una, todas las sabidurías en una, la paz el viento, el cielo limpio, el amor, la armonía, la dulzura en las palabras habladas y hechas realidad los colores firmes sin desteñir el hacer,  para que sea siempre,  el hablar desde la armonía del alma, el sentir desde el máximo y creativo sueño como algo que se revela ante otro algo que también se revela en mas vibraciones para jamás terminar,  uno más bello que el otro y todos en un intercambio de infinitudes de sensaciones,  de satisfacciones,  la única dualidad el Amor un hombre y una mujer,

El único e ininterrumpido sueño de ahora y siempre, la única e ininterrumpida vida aunque hayamos olvidado que la infinitud era la constante mental y física, el alma rediseñándose junto al cuerpo, conciencia, amor, todos los  mundos en uno, todos los  universos entrelazados,

Olvidamos tantas cosas que habrá que rediseñar la forma de crear para que desde una palabra podamos encontrar las demás, ilimitadas conciencias que desean recuperarse a través de la única verdad la que albergamos en cada acto espontaneo al decir* hacer sin pensar actuando desde la parte más pura el propio discernimiento de la  paz. M.V.G.

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